No me quiero meter en temas densos acerca de la igualdad de género. Hoy, mientras almorzaba tras ir a dejar a mi señora al aeropuerto, en esa soledad y no sé por qué, mi mente se fue hacia un asunto que muchas organizaciones abordan algo superficialmente, salvo lo mandatado por ley, que tratan de cumplirlo más o menos…»: la igualdad de género. Les comparto mis reflexiones, que se fueron más por la oportunidad que por la complejidad. Recuerdo lo siguiente, en resumidas cuentas:
Promover a los futuros directivos
La inclusión que es una reserva de talentos debe estar definitivamente vinculada a la formación continua para futuras tareas de gestión. Esto permite a los jóvenes talentos empezar con buen pie.
Aprovechar los mercados femeninos
¿Quién entiende mejor las necesidades de las clientas que las colaboradoras? Promociona a las mujeres como especialistas y asegúrate ventajas competitivas en tus mercados de venta. Las mujeres representan el 70% del gasto de los consumidores en todo el mundo.
Mejorar la imagen del empleador
Las empresas que promocionan a las mujeres son empleadores atractivos. Tienen ventajas en la competencia por la mano de obra cualificada (femenina) y los clientes, y también son percibidas más positivamente por los socios comerciales.
Aumentar la reserva de mano de obra cualificada
Las mujeres están mejor formadas que nunca en los colegios y la universidad. Las empresas que también adaptan sus programas de desarrollo de personal a las mujeres se aseguran especialistas bien cualificados para el futuro.
Eso fue todo. ¿Y tú, qué piensas?